...La frialdad del infierno supone no poder expresarse...

jueves, 22 de enero de 2009

Subir

Quedaba lo más dificil, regresar.

Decidimos emprender la marcha cuanto antes, no dejando de estar preocupados.

Durante el camino de vuelta, mi compañero, algo inquieto, comenzo a hablar:

-¿Cómo crees que nos irá?

-Bien, supongo. Nunca ha pasado nada.

Se hizo el silencio. Al cabo de un rato, hizo un gesto con las manos tocándose la parte superior del cuello, donde acaba la mandíbula. Comenzé a reir y le dije:

- Es normal que te duela la garganta, esque con los aires acondicionados uno se agarra unas gripes veraniegas...

Me devolvio la carcajada. Nuevamente el silencio se apoderó de nosotros.
Se abrieron las puertas. Era nuestra parada.

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