...La frialdad del infierno supone no poder expresarse...

sábado, 24 de enero de 2009

Sueños

Desperté. Todo había sido un sueño.

Miré por la ventana, vi los mismos edificios de siempre, con sus antenas, tejas y tejados. El cielo tenía un color especial, estaba envuelto en nubes, pero éstas....nadaban hacia dentro. De pronto comenzó a llover y la cortina de agua que veía en el horizonte comenzó a tomar forma. Las gotas cada vez más fuertes y el viento cada vez más violento. Esa cortina se convirtió en un implacable tornado. Salí corriendo, llegué al sótano y cerré los ojos.

Desperté. Todo había sido un sueño.

Me encontraba en la cama de la casa de mi pueblo, era verano y el sol resplandecía. Pensando en lo ocurrido salí a dar un paseo. Volviendo a casa, la brillante luz se convirtió en gris. Empezó a hacer frío y viento. La arena comenzó a volar y apreté el paso. Tras de mí se formó un tornado. Sin saber muy bien cómo, llegué a casa, me resguardé bajo la mesa y volé.

Desperté. Todo había sido un sueño.


-¿Nena, estás bien?

Todo había sido un sueño, y yo estaba en una hermosa playa, en una toalla, dormida, con él. La mar tranquila, una brisa refrescante... era perfecto.

- Vámonos, va a anochecer.

Emprendimos el camino de vuelta y las nubes nacieron. Del cielo calló lo que mis ojos vieron formarse a tan solo unos metros de nosotros. Esta vez era real, y no podíamos escapar. Cogí su mano y corrí.

Desperté. Todo había sido un sueño.

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