...La frialdad del infierno supone no poder expresarse...

lunes, 16 de junio de 2008

martes, 10 de junio de 2008

Midas

El Rey Midas convierte en oro todo lo que toca. Pues bien, yo soy alguien que decide lo que toca y lo que no:
Una bonita tarde como otra cualquiera escuché los lamentos de una joven. Decía que se sentía sola y utilizada por aquellos a quienes amaba. Decidí llevarla ante Midas. Ella no paraba de afirmar que Midas era un mito y que no era capaz de convertir las cosas en oro. Llegamos y mi señor la observó. Ante la incredulidad de la joven tocó una pequeña flor y automáticamente la convirtió en oro macizo.

- ¿Cómo te llamas pequeña?

La muchacha no tenía palabras.

-¿Cómo te llamas?

-Eh........a..........e......

-¿Porqué has venido hasta aquí?

- Tu esclavo me trajo.

- Él dice que llorabas. Te sentías sola ¿no es cierto? Bueno bueno tranquila, ya verás como eso cambia. Mira ve a aquella habitación y trae en el carro todo lo que puedas cargar. Saldrás rica de aquí.

Los ojos de la joven brillaron de felicidad. A los pocos minutos salió de la sala con un enorme carro que apenas podía levantar. Entonces Midas la tocó y todo se empezó a dorar.

-¡Soy rica! ¡Soy rica! - exclamó-. Muchas gracias mi señor le juro que no me olvidaré nunca de lo que ha hecho por mi.

El Rey rió puesto que sabía algo que la joven no conocía, los humanos caen en la codicia, en el momento que tienen algo, quieren tener más. Horas más tarde la joven regresó, con las manos vacías implorando un poco mas de sus riquezas, ya que con ellas había conseguido vencer a la soledad y ahora ella era la que se aprovechaba de los que antes lo hacían de ella.

- Me siento bien mi señor, por fin soy alguien, alguien con oro y realmente les importo, muchas gracias mi señor...... pero hay un pequeño problema, ¿puedes convertirme en más rica?

-¿No fue suficiente?

-No, no es eso, simplemente deseo más y más quiero ser grande y poderosa, y que nadie hable sin que yo se lo diga ni haga nada sin mi consentimiento.

- Para eso tendrías que ser reina hija mía. Y no eres mas que una doncella, harapienta y rica, pero harapienta.

- Entonces me convertiré en reina y ni tú podrás darme órdenes.

Mi amo enfureció, el sol se ocultó y los truenos estallaron. La joven cayó al suelo, atemorizada. Mientras mi señor esbozó una leve sonrisa . Se acercó a ella y dijo:

- ¿Quieres ser reina? Muy bien, te convertirás en la mía.

El rey tendió su mano. La joven todavía algo asustada sonrió y se abrazó a ella. Segundos más tarde comenzó a pasar algo, la pequeña se convertía en oro.

- ¿Porqué me haces esto? ¿Es qué no soy lo suficientemente buena para ti?

Mi señor Midas comenzó a reír cada vez más fuerte y dijo : ¡¡¡Eres alguien y de repente nada; nada y te convierto en oro y del oro regresas a la nada!!!

viernes, 6 de junio de 2008

_ _

La gasa roja cubre mi cuerpo,

las lágrimas no cesan.

Una y otra vez el dolor,


el arrepentimiento.

Mucho tiempo de recuerdos y fantasmas

y el rojo, como la gasa,

arropa mi cuello y aprieta.

No puedo gritar, quema,

solo lloro.


Sé compadecerme.




(Abro los ojos,

cojo la gasa

y la meto en el cajón.)

domingo, 1 de junio de 2008

IV

Soy alguien

y de pronto nada

Soy nada

y me convierto en oro

Soy oro

y regreso a la nada