La gasa roja cubre mi cuerpo,
las lágrimas no cesan.
Una y otra vez el dolor,
el arrepentimiento.
Mucho tiempo de recuerdos y fantasmas
y el rojo, como la gasa,
arropa mi cuello y aprieta.
No puedo gritar, quema,
solo lloro.
Sé compadecerme.
(Abro los ojos,
cojo la gasa
y la meto en el cajón.)
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