...La frialdad del infierno supone no poder expresarse...

domingo, 14 de septiembre de 2008

Cuaderno de viaje

Tras un largo camino desperté y pude contemplar aquel lugar.
Tan diferente, tan lejano, pero tan familiar.
Allí los días eran largos, apenas dormía. Eran buenos, pasaron volando y sin darme apenas cuenta me dejé cautivar por el encanto de aquel bello lugar y de su gente.
Mi mente estaba vacía, tranquila y sin ningún tipo de preocupación, como en una nube.
Todavía cuando despierto pienso que sigo allí.
Es curioso como en tan poco tiempo he conectado de una forma tan fuerte. No se explicarlo. Desde allí logré volar y ver el mundo pequeño, ése pequeño mundo que me mantuvo absorta desde el primer día.
Los días posteriores fueron cada vez mejores, la nube iba creciendo cada vez más.
Pero el tiempo vuela y he me aquí escribiendo y recordando unos días de colores en los que azul y amarillo estuvieron presentes...

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